Con 23 años fue detenida, torturada y condenada por un tribunal militar de la
dictadura a pasar 6 años en la cárcel. Unos años en los que se le conoció como la “Juana de Arco” de la guerrilla e
incluso estuvo en un campo de entrenamiento paramilitar aprendiendo tácticas de
contraataque policial. Hoy en día es, según la revista Forbes, la segunda mujer más
poderosa del mundo, sólo le precede su homóloga Ángela Merkel.
Nacida en la cálida ciudad de Belo
Horizonte, su padre fue un acaudalado abogado búlgaro cuyas incursiones en el
negocio inmobiliario le rentaron grandes beneficios, lo que brindó a Dilma y a
sus hermanos una infancia con las
mayores comodidades, criándose incluso en una casa con servicio doméstico. Hasta los 14 años su educación fue la típica
de una familia burguesa acomodada, con formación en humanidades, francés o
danza, pero tras la muerte de su padre todo cambia y comienza a frecuentar los
círculos de izquierdas. El golpe de Estado militar del 1964 hizo que se
decantase por la violencia como forma de
hacer política.
Con 19
años ya formaba parte del Comando de Liberación Nacional, COLINA. Una etapa
de la que existen muchas lagunas documentales, algunos dicen que fue una
terrorista astuta con participación en golpes importantes y otros aseguran que
su actividad fue meramente testimonial, aunque lo que sí está probado es que se
encargó de la dirección del periódico “O Piquete”.
Se casó con el guerrillero Carlos Araújo y
es madre de una hija. Tras su tortuoso paso por la prisión tuvo tiempo de graduarse en Económicas y ayudar a reestructurar
el Partido Trabajador Brasileño. Sin embargo, algo que no consiguió, a pesar de
que lo intentó durante cinco años, fue aprobar una maestría económica de
posgrado en la UNICAMP.
Fue una firme defensora de la amnistía para todas las personas que habían
perdido sus derechos civiles y políticos por su oposición a la dictadura, esta
amnistía fue concedida y los derechos les fueron devueltos en 1979.
En 1985
ocupa su primer cargo ejecutivo, cuando es designada Secretaria de Hacienda
del municipio de Porto Alegre. Años después sería nombrada Directora General de la Cámara Municipal de
Porto Alegre, pero unos meses más tarde sería despedida por el presidente de la
entidad porque “solía llegar tarde al trabajo”.
En
el año 1999 se rompe el pacto de gobierno que le permitía ocupar un cargo público y el Partido Democrático
Laborista, en el que ella militaba, exige a sus miembros que abandonen sus
puestos. Dilma desoye a su partido y
continúa en el Gobierno.
En el año 2001 cambia de partido y se marcha
con Ignacio Lula Da Silva al Partido de los Trabajadores, al poco fue
nombrada Ministra de Energía y Minas durante
dos años, de 2003 a
2005, período en el gestionó también la poderosa empresa energética Petrobras. En 2005 Lula sorprendió a todos designándola como su Jefa
de Gabinete.
Tras la reelección del 2006, Lula ideó
una hoja de ruta para postular a Rousseff como su sucesora. El primer paso
fue la creación del Programa de Aceleración del Crecimiento, que
destinaba una gran inversión a los sectores más desfavorecidos, Lula presentó
públicamente a Rousseff en una de las favelas más importantes de Río de Janeiro
como la madre del PAC. El segundo y
definitivo paso consistió en relacionar en el ano 2009 a Dilma con el programa
Mi
Casa, Mi Vida, que construiría un millón de viviendas subvencionadas
para familias con pocos recursos.
El
1 de enero de 2011 la antigua guerrillera marxista se convirtió en la
presidenta electa de Brasil, lo hizo
en segunda vuelta, siendo la primera mujer que ocupaba el cargo. A los pocos
días tuvo que afrontar unas inundaciones que supusieron el peor desastre natural en la historia de Brasil, con unos daños
materiales superiores a los 2.000 millones y unas 900 víctimas mortales.
Uno de los objetivos principales de la política
de Dilma Rousseff es acabar con la
extrema pobreza que todavía afecta a unos 16 millones de brasileños ante lo
que cabe destacar que, de acuerdo al estudio Voces de la Nueva Clase Media del Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo, Brasil será capaz de acabar al 100% con la extrema pobreza en
los próximos años.
Si quiere salir reelegida en las
elecciones de octubre del 2014 deberá
combatir la corrupción a todos los niveles: a nivel político, ministros que dimiten o senadores que son
condenados por el Tribunal Supremo de Brasil, y a nivel policial, policías que denuncian a compañeros por
participar en robos u otros que son juzgados y condenados por participar en
matanzas de presos dentro de las cárceles.
Corrupción también a nivel medioambiental, Amnistía
Internacional ha denunciado los ataques que sufren los activistas por su
defensa del medioambiente en Brasil, la última víctima ha sido un español de 48
años que realizaba un análisis periódico de la contaminación en las aguas donde
lo encontraron muerto.
Después de meses de manifestaciones en Brasil, parece que las protestas están
a punto de cobrarse su primera víctima política, esta sería Sergio Cabral, el gobernador de Río de
Janeiro, la ciudad que mantiene una mayor intensidad en las calles, con movilizaciones
contra la dureza empleada por los agentes, la violenta estrategia de
pacificación de las favelas y los excesivos gastos de cara a los Juegos Olímpicos y a la Copa Mundial de
Futbol o el uso de helicópteros del gobernador en su vida cotidiana.
Ante la pregunta de un periodista sobre
si ya había aprendido a ser simpática
Dilma respondió: “no, aprendí a ser
justa, lo que es mucho más fuerte.”