martes, 13 de agosto de 2013

Dilma Rousseff


Con 23 años fue detenida, torturada y condenada por un tribunal militar de la dictadura a pasar 6 años en la cárcel. Unos años en los que se le conoció como la “Juana de Arco” de la guerrilla e incluso estuvo en un campo de entrenamiento paramilitar aprendiendo tácticas de contraataque policial. Hoy en día es, según la revista Forbes, la segunda mujer más poderosa del mundo, sólo le precede su homóloga Ángela Merkel.
Nacida en la cálida ciudad de Belo Horizonte, su padre fue un acaudalado abogado búlgaro cuyas incursiones en el negocio inmobiliario le rentaron grandes beneficios, lo que brindó a Dilma y a sus hermanos una infancia con las mayores comodidades, criándose incluso en una casa con servicio doméstico. Hasta los 14 años su educación fue la típica de una familia burguesa acomodada, con formación en humanidades, francés o danza, pero tras la muerte de su padre todo cambia y comienza a frecuentar los círculos de izquierdas. El golpe de Estado militar del 1964 hizo que se decantase por la violencia como forma de hacer política. 
Con 19 años ya formaba parte del Comando de Liberación Nacional, COLINA. Una etapa de la que existen muchas lagunas documentales, algunos dicen que fue una terrorista astuta con participación en golpes importantes y otros aseguran que su actividad fue meramente testimonial, aunque lo que sí está probado es que se encargó de la dirección del periódico “O Piquete”.
Se casó con el guerrillero Carlos Araújo y es madre de una hija. Tras su tortuoso paso por la prisión tuvo tiempo de graduarse en Económicas y ayudar a reestructurar el Partido Trabajador Brasileño. Sin embargo, algo que no consiguió, a pesar de que lo intentó durante cinco años, fue aprobar una maestría económica de posgrado en la UNICAMP. 
Fue una firme defensora de la amnistía para todas las personas que habían perdido sus derechos civiles y políticos por su oposición a la dictadura, esta amnistía fue concedida y los derechos les fueron devueltos en 1979.
En 1985 ocupa su primer cargo ejecutivo, cuando es designada Secretaria de Hacienda del municipio de Porto Alegre. Años después sería nombrada  Directora General de la Cámara Municipal de Porto Alegre, pero unos meses más tarde sería despedida por el presidente de la entidad porque “solía llegar tarde al trabajo”.
En el año 1999 se rompe el pacto de gobierno que le permitía ocupar un cargo público y el Partido Democrático Laborista, en el que ella militaba, exige a sus miembros que abandonen sus puestos. Dilma desoye a su partido y continúa en el Gobierno. 
En el año 2001 cambia de partido y se marcha con Ignacio Lula Da Silva al Partido de los Trabajadores, al poco fue nombrada Ministra de Energía y Minas durante dos años, de 2003 a 2005, período en el gestionó también la poderosa empresa energética Petrobras. En 2005 Lula sorprendió a todos designándola  como su Jefa de Gabinete.
Tras la reelección del 2006, Lula ideó una hoja de ruta para postular a Rousseff como su sucesora. El primer paso fue la creación del Programa de Aceleración del Crecimiento, que destinaba una gran inversión a los sectores más desfavorecidos, Lula presentó públicamente a Rousseff en una de las favelas más importantes de Río de Janeiro como la madre del PAC. El segundo y definitivo paso consistió en relacionar en el ano 2009 a Dilma con el programa Mi Casa, Mi Vida, que construiría un millón de viviendas subvencionadas para familias con pocos recursos.
El 1 de enero de 2011 la antigua guerrillera marxista se convirtió en la presidenta electa de Brasil, lo hizo en segunda vuelta, siendo la primera mujer que ocupaba el cargo. A los pocos días tuvo que afrontar unas inundaciones que supusieron el peor desastre natural en la historia de Brasil, con unos daños materiales superiores a los 2.000 millones y unas 900 víctimas mortales.
Uno de los objetivos principales de la política de Dilma Rousseff es acabar con la extrema pobreza que todavía afecta a unos 16 millones de brasileños ante lo que cabe destacar que, de acuerdo al estudio Voces de la Nueva Clase Media del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Brasil será capaz de acabar al 100% con la extrema pobreza en los próximos años.
Si quiere salir reelegida en las elecciones de octubre del 2014 deberá combatir la corrupción a todos los niveles: a nivel político, ministros que dimiten o senadores que son condenados por el Tribunal Supremo de Brasil, y a nivel policial, policías que denuncian a compañeros por participar en robos u otros que son juzgados y condenados por participar en matanzas de presos dentro de las cárceles.
Corrupción también a nivel medioambiental, Amnistía Internacional ha denunciado los ataques que sufren los activistas por su defensa del medioambiente en Brasil, la última víctima ha sido un español de 48 años que realizaba un análisis periódico de la contaminación en las aguas donde lo encontraron muerto.
Después de meses de manifestaciones en Brasil, parece que las protestas están a punto de cobrarse su primera víctima política, esta sería Sergio Cabral, el gobernador de Río de Janeiro, la ciudad que mantiene una mayor intensidad en las calles, con movilizaciones contra la dureza empleada por los agentes, la violenta estrategia de pacificación de las favelas y los excesivos gastos de cara a los Juegos Olímpicos y a la Copa Mundial de Futbol o el uso de helicópteros del gobernador en su vida cotidiana.

Ante la pregunta de un periodista sobre si ya había aprendido a ser simpática Dilma respondió: “no, aprendí a ser justa, lo que es mucho más fuerte.”



Web oficial de Dilma Rousseff www.dilma.com.br/site/