La noticia sobre la que he querido profundizar es una entrevista que se publicó el año pasado en la edición digital del periódico Diario de Sevilla, al autor Manuel Padilla, después de lograr un premio internacional con un libro sobre desigualdad, jóvenes y nuevas tecnologías.
El ámbito sobre el que he querido profundizar es la
desigualdad hombre mujer en el mundo de la tecnología.
La principal desigualdad evidenciada en la noticia es
la abrumadora diferencia que existe entre el número de mujeres programadoras y de
hombres en el mundo de la tecnología, apenas el 10% del total son mujeres
hackers.
La construcción social de género en el ámbito de la
tecnología es más que evidente y está en
el origen de las desigualdades de género analizadas, desarrollado
históricamente a través del mercado de trabajo y atribuyéndose siempre a las
actividades masculinas mayor valor sobre las realizadas por mujeres.
En este proceso de socialización de género tienen mucho que
ver los medios de comunicación y las redes sociales, ya que son ellos los que
nos bombardean, desde edades bien tempranas, con imágenes cargadas de
estereotipos y afianzando en nosotros un modelo tradicional de masculinidad.
Es indiscutible que este sector está cargado de estereotipos
y roles de género, los cuales empiezan ya desde el momento de estudiar las
carreras que posibilitan tener un futuro en el te ámbito, estas primeras
decisiones impulsan a los hombres a desarrollar tareas informáticas y de
programación y a tener comportamientos considerados propios de hombres.
Debemos confiar y trabajar para que nuestra sociedad
evolucione, una estrategia necesaria para acabar con las desigualdades de
género detectadas sería que, en el ámbito de las familias, se desempeñen funciones
iguales, sin discriminar entre niños y niñas, esto se consigue a través de la
educación en casa y en las escuelas, pero también siendo una referencia para tus hijos,
logrando que se identifiquen contigo y, sobre todo, a través de la imitación.
La socialización de género es un proceso que nos acompaña
incluso antes de nacer, en ese proceso vamos aprendiendo los espacios
destinados a las mujeres y las expectativas que se tienen de ellas, a eso hay
que darle la vuelta, es por ello un soplo de aire fresco cuando el autor nos apunta que "cuando me escriben y me dicen que su niña se ha apuntado a robótica
porque quiere ser como Mara Turing me pongo gordísimo de alegría".
No hay comentarios:
Publicar un comentario